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Aquí esta la historia de una lucha que ganemos recientemente, en las palabras de Wendy:
Mi novio y yo, los dos tenemos mucho tiempo como miembros y organizadores en SeaSol, nos mudamos a nuestro apartamento en el Central District en junio del año pasado. Después como un mes de vivir allí nos empezamos dar cuenta que había un crecimiento de moho en la unidad. Mandemos un correo electrónico a la propietaria (quien es ejecutiva de nivel alto en Starbucks) quien sugirió dejar abierta la ventana cuando tomamos una ducha y limpiarlo con cloro. El moho seguía creciendo a pesar de este “tratamiento.” Cada vez que lo limpiamos se creció otra vez con mas intensidad. Aun peor, yo experimentaba el mareo y tenia muy poca energía, especialmente después que limpie el moho.
Cuando la infestación de moho siguió empeorándose, mi novio se puso enfermo con un fiebre de bajo grado, su lengua se puso blanca, y su doctor lo escribió una recomendación que el se vaya del apartamento lo mas pronto posible. Nuestro perrito desarrolló alergias que causaron ulceras abiertas en sus piernas y infecciones del oído también, lo tuvimos que llevar al veterinario. Se puso bien claro que ya no estuvo seguro quedarnos en el apartamento y después de estar afuera de la unidad unos días todos los síntomas, incluso las alergias del perrito, se empezaron mejorar. En el apartamento, nuestra propietaria rechazó consultar con una especialista de moho o hacer un intento serio de quitarlo.
Comentamos a la propietaria que no se puede vivir en el apartamento y saquemos todas nuestras cosas el 18 de diciembre. En repuesta, ella insistió que estábamos rompiendo el contrato y nos amenazó llevar en pleito por “malgasto.” Ella rechazó volver mas de $400 de los $1000 en el deposito. Mientras, estuvimos en aprietos a juntar el dinero para mudarnos a un apartamento nuevo. Llamemos a SeaSol.
SeaSol votó a apoyarnos en una campaña de acción directa demandando que nuestra propietaria anterior vuelva los $600 que faltaban de nuestro deposito. Arreglemos una muestra falsa de una de sus propiedades y planeamos presentar en masa una carta afuera de la casa que demanda que ella vuelva nuestro deposito robado. En la piña antes de la acción, alrededor de mi, en apoyo, habían como 40 personas.
Fuimos hacia la esquina donde nuestra propietaria anterior esperaba reunirse con “Sarah,” una inquilina falsa. Habían como 40 de nosotros marchando por medio de la calle. Cuando nos acercamos a ella y dos inquilinos potenciales ellos intentaron evitar el grupo grande y silente pero yo di un paso adelante, con la carta en mi mano y dije su nombre. Rápidamente, y cuando los inquilinos todavía estaban escuchando, le explique que la carta “se trata de los $600 de nuestro deposito que fueron quitados.” Ella estuvo rodeada por los 40 SeaSoleros, todos intensivamente silentes y serios. Ella se tomó la carta y dijo, en la manera mas profesionalmente posible, que la iba leer mas tarde, y correteó a su BMW. Desafortunadamente para ella, estuvo estacionada en una calle sin salida y la experiencia no se acabó hasta que arrancó el coche, se dio una vuelta, y pasó entre nosotros mirando y grabando vídeo. Cuando ella ya se fue de la vista nosotros estallamos en aplauso y gritos. Yo me sentí una oleada de empoderamiento sin precedentes.
En 10 días nuestra propietaria nos mandó un correo electrónico para decir que quiso pagar los $600. Aparentemente no quiso enfrentarse con la posibilidad del mismo grupo de 40 personas haciendo mas acciones en el futuro. Muchísimas gracias a todos quienes nos apoyaron.
¡Solidaridad siempre!