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La Red Solidaria de Seattle estuvo bastante ocupada durante 2020 y nos agrada terminar el año celebrando otra victoria. A finales del año pasado, nos contactó una joven familia que había estado viviendo en un departamento en White Center. Se habían mudado a otro sitio, pero el administrador del edificio les dijo que ellos supuestamente debían miles de dólares por cargas en exceso de su depósito de seguridad. Hace un año, entregamos nuestra carta de demanda exigiendo que estas cargas se anularan.
En ese momento teníamos otras luchas en la agenda y aún las tenemos, pero no anticipamos el impacto que tendría el COVID en todas nuestras luchas. Justamente cuando preparábamos intensificar la campaña de carteles y tocar las puertas de los inquilinos, hacía una campaña de protestas en persona en las oficinas de los propietarios, las restricciones por el virus la hicieron casi imposible. Aunque hubo un breve periodo de pocas acciones mientras nos adaptamos a las nuevas realidades, estamos felices de declarar que tras unos meses de nuevas estrategias creativas, hemos tenido éxito y las cargas han sido anuladas!
El propietario mencionado anteriormente también era el propietario de un negocio gerente de propiedades, al que pertenecen unas docenas de grandes edificios de alquiler en Washington, Oregon y California. El propietario y su familia viven en San Jose, CA, con solo unas oficinas de contrato en nuestra área de Seattle. Al principio pensábamos seguir nuestra campaña de colgar carteles en varios edificios de departamentos, con manifestaciones en las oficinas de contratos, pero el COVID hizo que esto no fuera factible. Por ello, encontramos otras maneras de ponerle presión directamente a los propietarios.
Intensificamos un poco nuestra campaña de carteles, luego empezamos una campaña de llamadas. Cada semana unos miembros contactaron a su grupo de voluntarios para animarlos a mandar mensajes de texto y hacer llamadas al celular del propietario, pidiéndole que anule las cargas. La repetimos cada semana, rotando a la gente que hacía las llamadas. Después de un tiempo, preparamos una campaña para ponerle presión al barrio de la comunidad cerrada de propietario, enviando cartas a los vecinos divulgando la situación. Planeamos seguir pegando carteles en el barrio y, pendiente a nuestros conocidos en la zona, más acciones en ese barrio. Pero, poco después de enviar las cartas, recibimos la noticia de que el propietario se rindió.
¡¡Cuando nos tratamos en base a la solidaridad y armamos una lucha inteligente y sostenible, la ganamos!!